miércoles, 26 de febrero de 2014

Espero

Cierro los ojos
una amable figura
agua sobre mármol
los pies descalzos
una gota de pachuli entre los labios.

No hay nada
cierro los ojos
carraspera en la venas.

Espero.

El café no sabe
que los peces de colores enmudecen.

Espero.

Afuera, tibio el sol
la cama me repliega
contra el día,
espero.


domingo, 23 de febrero de 2014

A veces siento.




Hay tanto cansancio en cada paso
tanto hastío en cada abrir de ojos
tanta falta de amor en cada gesto
tanta soledad a media tinta
tanto soñar, ya sin poder,
tanta falta de tiempo
tanto ayer
y tan poco mañana,
que mirar el reloj,
me asusta.

Tu mirada





Peyorativamente
he visto ojos mejores
miradas más limpias que la tuya
ojos más claros
y más oscuros,
ojos menos cobardes
pero también menos valientes.
He mirado ojos más amables que los tuyos
y también más duros.
He visto ojos azules, verdes, color miel,
ojos negros…
miradas terribles
y miradas sueños.
De todo he visto
ya que en todas las miradas he buscado.
Entonces concluyo:
yo no amo tus ojos por hermosos
yo amo tu mirada, .por libre

jueves, 20 de febrero de 2014

Mate

En el séptimo mate
-boludo- me dijiste
yo amaba la bombilla
de tu fértil mirada
una vez por Corrientes
me llevaste.
"Que sabrá el chancho de aviones, si nunca hacia arriba mira"
dos hora más allá,
las dos y un cuarto,
yo comencé a quererte por lo dedos,
tú forma de hablar me entusiasmaba
“me caigo y me levanto”
sentenciaste
contigo caí
por Almafurte.
"Este Madrid nos quiere"
ironía que a un metro de Cibeles despertamos
hacia Retiro fuimos,
el mate entre los labios,
el paso medio firme
un "quita me allá esas pajas"
un tango callejero
que durmió como burgués
en el barrio de Salamanca.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Merindades

No, no están las ganas,
ni la brisa suave
ni siquiera el sorbo de cerveza compartido.
No están, en realidad nunca han estado,
ni tampoco estarán.
Acaso algún otoño de matices ambarinos
las convoque.
Pero no aquí, aquí ronda la tarde,
el canto acompasado de un reloj imparable,
Reino de Merindades y trigales muertos
carente de opulencias bienhechoras.

¿Y el verde? ¿y los azules de tantos mares?
¡pobre idiota! ¿a quien le interesan tus arenas tibias
o los besos de plata de tus breves memorias mutiladas?

Ya no.
Si acaso en el recuerdo de otra hora,
en el envés dormido del espejo,
en la turbia barahúnda de otro sueño,
en la noche tranquila,
en el olvido…

Presagios.


Foto: Ana Belén S. Ramirez.

Hay algo de incierto en esta fiebre
como un mordisco cruel de la certeza
las manos frías
un vuelo de alondras despistadas,
presagios
en la danza enferma
de las burbujas en el vaso,
un sabor a tierra envenenada,
en el techo del cuarto
las sombras apologistas
hablan
yo toso y fumo...

martes, 18 de febrero de 2014

Gravitando por Gran Vía

Arete en la nariz
manos en los bolsillos
gravitando por Gran Vía
como tantas veces
escupiendo a un pellejo de armiño
o quemado la caja con cigarrillos del chino mafioso
que vende Coca Colas a diez euros.
Supe de ti por las paginas de sucesos
entonces te busqué en una esquela negra inexistente
imaginé tu epitafio:
murió de sobredosis de noches madrileñas.

Black Or White




El dilema es decir
sin decir, pero diciendo
negar la esmeralda en la mano del garimpeiro
adorar al yeso para ignorar al mármol
renegar de tijeras, pero cortando el raso,
transmutar el vino en agua pero sin copa.
Un acto de cobarde valentía
un valiente acto de cobarde
el dilema es decir
sin decir, pero diciendo.

Un minuto heroico
que no encuentro
y bombear sin aguja la razón en la vena
¿seguir callando o blasfemar a destiempo?

¿arrancar la pared
amputar sus relieves ocultos
o escupir por fin, una rotunda y sonora  carcajada?
e insisto otra vez: 
el dilema es decir
sin decir, pero diciendo.

Con un guante de fieltro
la boca cerrada
un quise decir inconsistente
y sin embargo dije todo:
yo hablo de noches de tijeras
en Black Or White.

El cigarrillo

El cigarrillo
hoja de ciprés en mis pulmones,
pincha.
Fumo pluscuamperfecta-mente
como un acólito del humo empedernido.
Intermedio entre siesta y una hora más larga de la cuenta
un café-revuelta-un café que amargo se relumbra.
A dormir por lujo
por amor a los sueños de este ensueño,
debajo de la lengua
escondo la liturgia orbitaria de la noche
es redonda
del color de una luna desteñida.
Cómodo y gris
ajeno a los sonidos, silencio, si cabe aquí más silencio.
Noche ya
pierna sobre pierna
una mortaja a rayas que ralla en gris y azul
el rojo fluorescente de la almohada.
Fumo
las horas se diluyen
en un vaso olvidado en la mesita
que el tiempo dibuja algas de tremenda soñolencia.
Desisto
los ojos se me cierran
dormir hasta la tres
me pesan ya la letras
ya dejo de fumar
ya dejo de escribir
ya dejo de vivir,
¿entonces sueño?

domingo, 16 de febrero de 2014

Cuesta tanto mirarse en un espejo.


Foto by: Michael Tsegaye

Cuando uno termina contra el tiempo,
acorralado, 
henchido de carcoma dolorosa
sin piel y sin respuestas
desnudo de esperanza, 
sin razones de más para el rescate,
cuesta tanto mirarse en un espejo.

Cuando grita hasta muerte la mirada
y se clavan los uñas en las manos
de arañarse,
o las sienes se cubren de cenizas
cuesta tanto mirarse en un espejo.

Cuando niega lo boca lo que dice
o los ojos se cierran por olvido
cuando nunca ya es nunca irreverente 
y vivir no es vivir, si no vivido,
cuesta tanto mirarse en un espejo.

Cuando surcan la frente mil arrugas
o los dedos se vuelven taciturnos,
cuando mientes fingiendo que no es frío
lo que notas a fuerza de saberte,
cuesta tanto mirarse en un espejo.

Cuándo el alba se masca entre los dientes
o la noche es un vomito de olvido,
cuando viejo te sientes de repente
y sabes que el final esta ahí mismo,
cuesta tanto mirarse en un espejo.