domingo, 9 de marzo de 2014

Canto in-edito (a un buen amigo)




Tú, sabes como yo
que el espejo no miente
ese pedazo de Ártico colgado en la pared de nuestro baño
que nunca se derretirá
a base de lisonjas.
Da igual que le reces-dios ausente-
que le mimes -seno viejo-
que le insultes-curado de espantos-
que le engañes-gato viejo, en la ultima de sus siete vidas-
que siempre cae de pie. 
El espejo no es ajeno
el espejo es el nuestro,
esa venta abierta
que habla con razón y de memoria,
de aquellas otras vidas
que no hace tanto,
le sacaban la lengua sagaz de la ironía.
Tú, sabes como yo,
que el espejo es la conciencia locuaz
con voz de retazo de cristal,
de ese enemigo amargo
al que pedimos cada día
un poco de ternura
y un mucho de olvido.

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