jueves, 27 de marzo de 2014

Pude


Pude levantarme y escribir un poema
pero no, elegí quedarme una horas más en la cama. 
Pude, bien que pude, contar las anémonas
del espejo
o cortar un millar de nenúfares
y regalar un ramo matutino
a quien tanto amo,
pero no, decidí quedarme en la cama.
Pude dormir
o doblar servilletas para el ágape de la nueva primavera,
cantar una canción a la esperanza
pintar una acuarela indolora
pero no, terminé por volver a la cama.
Pude no regresar a la cama
y no llorar por cierta película,
limar las arrugas del techo,
tomar un café con azúcar
o fumar un cigarrillo que fuera el ultimo
pero no, decidí volver a la cama.

Que

Necesitaba escribir
no podía,
todo era plano
decrepito
un remedo de nada
no había palabras
áspero el papel
la oscuridad visible
grito sin voz de tinta,
blanco en lo blanco. 

Que noche más vil
aquella en que necesitando 
escribir
no pude,
me refugie
en el silencio
apague la luz
con un sueño redondo
bajo la lengua
¿o fueron dos? 
¿o fueron tres? 
¿o fueron cinco?...

Y aún así
ni siquiera soñé
que algo escribía.

Y


Y yo aquí
esnifando este circulo de baldosas
rebuscando, ente los labios, una gota de lúpulo fermentado
o una mano amiga
que me traiga dos birras de verdad
y unas horas de fresca primavera.
Pero si hablo a matar con los espejos
si no tengo guionista
que dibuje en la tarde un camino para cimarrones que huyen
caducan las palabras en el tintero
grises de tanta quietud
mudas de excesivo silencio
mientras tú,
corres una maratón contra el cáncer de mama
con tus ojos de verde cannabis.
Entonces
me conformo con que piensen de mi que soy un cobarde
por no salir a morder tu sombra
a recitar un mantra benévolo en tus muslos
acorde a tu cintura
vecino de tu nuca
a buscar en tu axila, desnuda,
lo que me resta para ser feliz.

Por si lo anterior no fuera suficiente
me invento la excusa,
mezquina,
de reírme de mi mismo, de escribir poesía,
de soñar,
con un poco del hachís que te olvidaste,
consolándome a solas sin llegar a sonar
a naufragio en el sofá
a oscura impertinencia de fin del día
que rumia el refugio de la noche
bajo la lengua.

domingo, 9 de marzo de 2014

Mejor no girar



Las letras, son amigas las letra- me digo-
entonces me duele el pecho
acudo a mis amigas las letras para contar hasta cien.
No sé del dolor de mi pecho
no sé del contar de las letras
no sé contar
no sé realmente que viene después de cien.
Quedarse en el noventa y nueve
para no levantar ampollas ajenas
mejor no morir en este intento de sobrevivir
mejor silenciar,
mejor no girar,
mejor no doler,
mejor no contar después de cien
dejarse fluir
sin dejarse llevar.
La careta es una trampa para la trampa:
mirar de frente
pero con los ojos en la espalda
caminar al revés sin que nadie lo note
y al fin del día
reconocerse un judas
que se vende a si mismo
no por traición
si no por necesidad.

Tierras negras



Sé que eres tierra
tierra como yo
tierra negra
volando en el  aire.
Tu vuelo y mi vuelo son el mismo
vuelos del hambre
hambre de pan y horizontes
hambre en las tripas y en el alma
hambres iguales
de hombres iguales.
Cínico me dirán
escribes con las tripas del hambre negra
mientras mascullas migajas de libertades blancas.
Ellos ignoran
que yo soy tierra negra
como tú,
tierras negras
volando en el  aire
que saltan a la vez,
tú hacia la luz del pan
yo hacia la luz de tus pasos
sé que no es lo mismo
¿pero eso a quien le importa?
si no a mi pan,
si no a tu alma.

Hasta el ultimo trago



Si, un sol de medio día
pletórico, casi apabullante,
saltaba en el borde mismo
del vaso de cerveza.
Y fueron dos, tres, cuatro...
aquellos soles saltimbanquis
que buscaban entre la espuma rubia
una razón para seguir riendo.
Y rieron los soles,
todos los vimos,
fueron fieles con nosotros 
hasta el ultimo trago.

De tan grande insulta



De tan grande insulta
me recuerda que todo es de piedra
las naranjas, el as de picas
los pies peregrinos
las manos santas,
el juego y sus dados
yo diría que hasta el paraíso petrifica
con su arrogancia.
Pesada,
solida de ideas
inerte y fría
ayer sentí su sombra estanca
sus uñas alargadas,
su canto de campanas atronando en mis oídos
comencé a odiarla un poco más
que de costumbre
Ella es el dedo gigante
en el centro de mi herida que es piel
sangrando
y que hasta en la ultima gota de su sangre
reniega de sus piedras
blasfemando muerte
jurando vida.

Canto in-edito (a un buen amigo)




Tú, sabes como yo
que el espejo no miente
ese pedazo de Ártico colgado en la pared de nuestro baño
que nunca se derretirá
a base de lisonjas.
Da igual que le reces-dios ausente-
que le mimes -seno viejo-
que le insultes-curado de espantos-
que le engañes-gato viejo, en la ultima de sus siete vidas-
que siempre cae de pie. 
El espejo no es ajeno
el espejo es el nuestro,
esa venta abierta
que habla con razón y de memoria,
de aquellas otras vidas
que no hace tanto,
le sacaban la lengua sagaz de la ironía.
Tú, sabes como yo,
que el espejo es la conciencia locuaz
con voz de retazo de cristal,
de ese enemigo amargo
al que pedimos cada día
un poco de ternura
y un mucho de olvido.

viernes, 7 de marzo de 2014

Parece que luce el sol sobre el cerezo en flor de mi patio




Parece que luce el sol sobre el cerezo en flor de mi patio/ creo que la primavera está ahí afuera/ debe de haber algo ahí afuera, algo nuevo/
creo que hoy merece la pena sacar los ojos al sol.

jueves, 6 de marzo de 2014

El shervani de seda



De vuelta al insomnio y este no tiene zapatillas de felpa, ni pijama de rayas.
Es un insomnio desnudo que desprecia la suavidad de las sabanas usadas, rehúsa sus pliegues amables, abomina de la cama y sus almohadas y se sienta a pasar la noche sobre el shervani de seda.
No hay tos de gripe, ni dolor de cabeza irreverente, ni memorias de serrín, ni vuelan aguiluchos de las ganas, no hay siquiera un intento de suicidio para poder decir: estoy despierto para matar el tiempo. 
No, no hay vació existencial, ni hambre de pomelos a destiempo. No hay sed,
no hay ruidos, no hay frío, no hay nada que leer, ni facturas por pagar mañana mismo, ni siquiera un poema a pie de dedos que reclame fijarse en un papel para mi historia. 
La noche, aún, no está bien hecha, pero ya no hay libros por ordenar ni quedan por contar quemazones de la lluvia bajo el techo. No hay polvo en los estantes que espantar, ni velas encendidas, ni sahumerios de incienso inspiradores. 
Ícaro no vuela y Kavafis ha dejado de vagar por Alexandria. Eso es todo.
Acaso un vago miedo que se esconde, sin más, en los ribetes del shervani de seda. Sigo despierto buscando el sueño en un vaso de agua que no ahoga.

Pasaje de las treinta puertas.



Son treinta puertas cubiertas por lienzos blancos
treinta labios entreabiertos.
Miradas son, que invitan a la entrega a cambio de dos horas de salario.
Bajo los lienzos
lujuria
en la caricia exótica.
La puertas, ya cerradas,
nucas desnudas,
manos que  santifican,
palabras que queman
a golpe de lenguas,
dedos que amenazan
como navajas en la garganta,
pupilas desmedidas
pestañas blasfemas
miradas parlantes
muslos de nácar
caderas de muerte
oración que culmina sobre un pecho bramando:
¡vida! 
Silencio después
silencio húmedo
de sangre en la nariz.

Obituario. (A Leopoldo María Panero)


A Leopoldo María Panero

Madrid 16/junio/1948- Gran Canarias 5/marzo/2014


¿A quien le importa si el poeta murió 
"Por el camino de Swan"
o si fue en el "Agujero llamado Nevermore" ?
todos son
"Territorio del miedo"
"Cantos del frío" 
"Danza de la muerte"
"Conjuros contra la vida"...

"La flor en llamas"
"Voces en el desierto"
"Buena nueva del desastre".
"Poesía completa":
"Guarida de un animal que no existe "
"Jardín en vano "

martes, 4 de marzo de 2014

Erg Chebbi




Dejar todo atrás
la estancia, la calle, el barrio, la ciudad,
las costumbres, las querencia, las obligaciones y hasta el miedo.
Todo lejos y después Erg Chebbi
tu cuerpo aterido
mis brazos
un segundo antes del  atardecer
dos horas antes de la muerte
y esta vez no volver para contarlo.

Verdicio


Hace tanto ya,
de los días del yodo
en los cuerpos sembrados de firmes primaveras.
Los tiempos  aún no estaban del todo proyectados
bastaba decir un nombre para dibujar la hora siguiente
o silbar en los oídos, camelando, un adverbio de modo: 
mejor, peor, igual, bien, como, cual…
Eran los veranos pequeños retazos de sueño
un poco más allá del privilegio,
en las playas al norte
donde la arena es sal en vuelo
y en la mar, eterna pitonisa de aguas frías,
juegan las algas a devorar los muslos
tumbados con razón, a su orilla misma.
Eran pasos conscientes
sobre alfombras de helechos y eucaliptos
bordeando
sendas retorcidas,
al limite justo, de los acantilados más altos que mis ojos han visto.
Eran días del yodo
sobre la piel desnuda,
desordenado el pelo,
la mirada a la vista
dispuesta a dibujar el misterio, la belleza y sus brumas. 

Es fácil llegar al paraíso
antes de que los sueños 
se transformen en magia derruida,
en ese vago miedo
a no recordar, ya nunca más,
los días del yodo
a que se pierdan por siempre
entre estos decorados de trigos y cartón piedra
tan lejanos,
tan poco míos.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Espero

Cierro los ojos
una amable figura
agua sobre mármol
los pies descalzos
una gota de pachuli entre los labios.

No hay nada
cierro los ojos
carraspera en la venas.

Espero.

El café no sabe
que los peces de colores enmudecen.

Espero.

Afuera, tibio el sol
la cama me repliega
contra el día,
espero.


domingo, 23 de febrero de 2014

A veces siento.




Hay tanto cansancio en cada paso
tanto hastío en cada abrir de ojos
tanta falta de amor en cada gesto
tanta soledad a media tinta
tanto soñar, ya sin poder,
tanta falta de tiempo
tanto ayer
y tan poco mañana,
que mirar el reloj,
me asusta.

Tu mirada





Peyorativamente
he visto ojos mejores
miradas más limpias que la tuya
ojos más claros
y más oscuros,
ojos menos cobardes
pero también menos valientes.
He mirado ojos más amables que los tuyos
y también más duros.
He visto ojos azules, verdes, color miel,
ojos negros…
miradas terribles
y miradas sueños.
De todo he visto
ya que en todas las miradas he buscado.
Entonces concluyo:
yo no amo tus ojos por hermosos
yo amo tu mirada, .por libre

jueves, 20 de febrero de 2014

Mate

En el séptimo mate
-boludo- me dijiste
yo amaba la bombilla
de tu fértil mirada
una vez por Corrientes
me llevaste.
"Que sabrá el chancho de aviones, si nunca hacia arriba mira"
dos hora más allá,
las dos y un cuarto,
yo comencé a quererte por lo dedos,
tú forma de hablar me entusiasmaba
“me caigo y me levanto”
sentenciaste
contigo caí
por Almafurte.
"Este Madrid nos quiere"
ironía que a un metro de Cibeles despertamos
hacia Retiro fuimos,
el mate entre los labios,
el paso medio firme
un "quita me allá esas pajas"
un tango callejero
que durmió como burgués
en el barrio de Salamanca.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Merindades

No, no están las ganas,
ni la brisa suave
ni siquiera el sorbo de cerveza compartido.
No están, en realidad nunca han estado,
ni tampoco estarán.
Acaso algún otoño de matices ambarinos
las convoque.
Pero no aquí, aquí ronda la tarde,
el canto acompasado de un reloj imparable,
Reino de Merindades y trigales muertos
carente de opulencias bienhechoras.

¿Y el verde? ¿y los azules de tantos mares?
¡pobre idiota! ¿a quien le interesan tus arenas tibias
o los besos de plata de tus breves memorias mutiladas?

Ya no.
Si acaso en el recuerdo de otra hora,
en el envés dormido del espejo,
en la turbia barahúnda de otro sueño,
en la noche tranquila,
en el olvido…

Presagios.


Foto: Ana Belén S. Ramirez.

Hay algo de incierto en esta fiebre
como un mordisco cruel de la certeza
las manos frías
un vuelo de alondras despistadas,
presagios
en la danza enferma
de las burbujas en el vaso,
un sabor a tierra envenenada,
en el techo del cuarto
las sombras apologistas
hablan
yo toso y fumo...

martes, 18 de febrero de 2014

Gravitando por Gran Vía

Arete en la nariz
manos en los bolsillos
gravitando por Gran Vía
como tantas veces
escupiendo a un pellejo de armiño
o quemado la caja con cigarrillos del chino mafioso
que vende Coca Colas a diez euros.
Supe de ti por las paginas de sucesos
entonces te busqué en una esquela negra inexistente
imaginé tu epitafio:
murió de sobredosis de noches madrileñas.

Black Or White




El dilema es decir
sin decir, pero diciendo
negar la esmeralda en la mano del garimpeiro
adorar al yeso para ignorar al mármol
renegar de tijeras, pero cortando el raso,
transmutar el vino en agua pero sin copa.
Un acto de cobarde valentía
un valiente acto de cobarde
el dilema es decir
sin decir, pero diciendo.

Un minuto heroico
que no encuentro
y bombear sin aguja la razón en la vena
¿seguir callando o blasfemar a destiempo?

¿arrancar la pared
amputar sus relieves ocultos
o escupir por fin, una rotunda y sonora  carcajada?
e insisto otra vez: 
el dilema es decir
sin decir, pero diciendo.

Con un guante de fieltro
la boca cerrada
un quise decir inconsistente
y sin embargo dije todo:
yo hablo de noches de tijeras
en Black Or White.

El cigarrillo

El cigarrillo
hoja de ciprés en mis pulmones,
pincha.
Fumo pluscuamperfecta-mente
como un acólito del humo empedernido.
Intermedio entre siesta y una hora más larga de la cuenta
un café-revuelta-un café que amargo se relumbra.
A dormir por lujo
por amor a los sueños de este ensueño,
debajo de la lengua
escondo la liturgia orbitaria de la noche
es redonda
del color de una luna desteñida.
Cómodo y gris
ajeno a los sonidos, silencio, si cabe aquí más silencio.
Noche ya
pierna sobre pierna
una mortaja a rayas que ralla en gris y azul
el rojo fluorescente de la almohada.
Fumo
las horas se diluyen
en un vaso olvidado en la mesita
que el tiempo dibuja algas de tremenda soñolencia.
Desisto
los ojos se me cierran
dormir hasta la tres
me pesan ya la letras
ya dejo de fumar
ya dejo de escribir
ya dejo de vivir,
¿entonces sueño?

domingo, 16 de febrero de 2014

Cuesta tanto mirarse en un espejo.


Foto by: Michael Tsegaye

Cuando uno termina contra el tiempo,
acorralado, 
henchido de carcoma dolorosa
sin piel y sin respuestas
desnudo de esperanza, 
sin razones de más para el rescate,
cuesta tanto mirarse en un espejo.

Cuando grita hasta muerte la mirada
y se clavan los uñas en las manos
de arañarse,
o las sienes se cubren de cenizas
cuesta tanto mirarse en un espejo.

Cuando niega lo boca lo que dice
o los ojos se cierran por olvido
cuando nunca ya es nunca irreverente 
y vivir no es vivir, si no vivido,
cuesta tanto mirarse en un espejo.

Cuando surcan la frente mil arrugas
o los dedos se vuelven taciturnos,
cuando mientes fingiendo que no es frío
lo que notas a fuerza de saberte,
cuesta tanto mirarse en un espejo.

Cuándo el alba se masca entre los dientes
o la noche es un vomito de olvido,
cuando viejo te sientes de repente
y sabes que el final esta ahí mismo,
cuesta tanto mirarse en un espejo.