jueves, 27 de marzo de 2014

Y


Y yo aquí
esnifando este circulo de baldosas
rebuscando, ente los labios, una gota de lúpulo fermentado
o una mano amiga
que me traiga dos birras de verdad
y unas horas de fresca primavera.
Pero si hablo a matar con los espejos
si no tengo guionista
que dibuje en la tarde un camino para cimarrones que huyen
caducan las palabras en el tintero
grises de tanta quietud
mudas de excesivo silencio
mientras tú,
corres una maratón contra el cáncer de mama
con tus ojos de verde cannabis.
Entonces
me conformo con que piensen de mi que soy un cobarde
por no salir a morder tu sombra
a recitar un mantra benévolo en tus muslos
acorde a tu cintura
vecino de tu nuca
a buscar en tu axila, desnuda,
lo que me resta para ser feliz.

Por si lo anterior no fuera suficiente
me invento la excusa,
mezquina,
de reírme de mi mismo, de escribir poesía,
de soñar,
con un poco del hachís que te olvidaste,
consolándome a solas sin llegar a sonar
a naufragio en el sofá
a oscura impertinencia de fin del día
que rumia el refugio de la noche
bajo la lengua.

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